La gingivitis o sangrado de las encías, debido a su aparente falta de gravedad y la normalización de sus efectos, es una enfermedad dental que prácticamente pasa desapercibida en la sociedad.

Gingivitis: Me sangran las encías, ¿es normal?

Si al cepillarnos los dientes las encías sangran, es algo que debe preocuparnos. Rotundamente no es normal, ni algo temporal, ni algo que no nos deba preocupar.

El sangrado, aunque no significa que vayamos a tener desastrosas consecuencias de forma inmediata, es una alerta de que algo no está bien y hay algo que solucionar en nuestra salud buco-dental. Cuando las encías nos sangran en diferentes situaciones, se puede avistar que sufrimos de gingivitis, que es una inflamación de las de los tejidos gingivales que rodean el cuello de nuestros dientes, lo cual se produce principalmente por causa bacteriana.

La palabra bacteriana nos lleva a pensar que debemos intensificar nuestra higiene dental  como primera e inmediata solución, aunque esto no será seguramente la única solución que debemos llevar a cabo. Te aconsejamos que pidas cita con tu dentista que analizará los factores que pueden provocar esa gingivitis y ponerle una solución más efectiva y eficiente al simple hecho de empezar a llevar una higiene buco-dental adecuada.

Gingivitis o sangrado de encías: factores y soluciones

Para poder darte una solución y mejorar el sangrado en tus encías y/o inflamación gingival, tu dentista observará:

-Sarro acumulado: Si padeces de gingivitis deberás tener muy en cuenta tu higiene dental periódicamente, esto incluye a parte de la higiene dental diaria con cepillo de dientes, hilo dental y enjuague bucal, realizarte limpiezas dentales en tu clínica dental de confianza para eliminar las bacterias más difícil que se acumulen en tu boca.

Si tu dentista observa acumulación de sarro y suciedad entre los dientes y en el cuello de los dientes, ya habrá localizado uno de los factores que producen esa gingivitis.

-Mala posición de los dientes: Una mala posición de los dientes y el espaciado entre ellos, permite que las bacterias se acumulen en lugares de difícil acceso y que por lo tanto, por mucho que te cepilles los dientes, nunca vas a acceder a estos lugares.

El periodoncista o dentista especialista en encías puede recomendarte varios tratamientos para corregir la posición de tus dientes y eliminar el espaciado dental, lo cual mejorará muchos otros aspectos a parte del tema que estamos tratando hoy, la gingivitis.

-Mal estado de tratamientos anteriormente llevados a cabo: El mal estado de los empastes, coronas y otros elementos son otros de los factores que pueden estar provocando gingivitis.

Esto se debe a que el mal estado de estos puede estar reteniendo por debajo bacterias que no se podrán eliminar fácilmente y que pueden provocar infecciones.

El dentista revisará estos elementos para comprobar si están en buen estado o hace falta sustituirlos por otros nuevos que sellen correctamente e imposibiliten la acumulación de bacterias.

-Halitosis o mal aliento: Esto no es realmente un factor, sino una consecuencia del problema de higiene dental o alguno de los mencionados anteriormente. Pero evidentemente, si padeces halitosis, tendrás que someterte a una exploración para ver que la provoca y ponerle freno, lo cual hará que mejore ostensiblemente tu sangrado gingival.

-Problemas en los surcos gingivales y adhesión del diente: Este factor ya es físico y debe determinarlo el dentista mediante una exploración con un sondaje periodontal. Cuando físicamente la profundidad de los surcos y la fuerza de adherencia del diente con la encía no son los correctos, se debe llevar a cabo un tratamiento para mejorar estos factores.

Será el dentista quien determine este factor y le ponga una solución adecuada.

En definitiva, está bien conocer los factores que provocan los problemas de sangrado gingival e intentar mejorarlos para que mejore nuestra salud dental, pero debe ser tu dentista de confianza quien lleve el timón de tu proceso de recuperación gingival y de las pautas necesarias para obtener una encía sana, fuerte y bonita.